No estás sola

¡Buenas tardes a todos!
Hoy escribo para hablar de un tema que desgraciadamente se da mucho en la actualidad y que está muy ligado al ámbito del Educador Social.
Primero me gustaría hacer una distinción entre dos conceptos, pues normalmente se emplean ambos para una misma situación. Violencia de género y violencia doméstica. Su mismo nombre indica la diferencia, pero aún así parece no estar muy clara.
La violencia de género es aquella en la que una mujer es agredida por un hombre por el simple hecho de ser mujer. Los daños pueden ser de forma física, sexual, mental, o simplemente coacciones y amenazas. La violencia doméstica, sin embargo, puede ser hacia cualquier miembro de la unidad familiar y el agresor puede ser también cualquiera de ellos, hombre, mujer o hijos. Además, la violencia doméstica, requiere cierta continuidad en el tiempo.
Esto que nos parece a muchos una barbarie, por desgracia se da cada día en nuestra sociedad y cada vez en personas más jóvenes. Ayer mismo, en las noticias anunciaron cuatro víctimas de violencia de género asesinadas por sus parejas. El caso es que el final de la tragedia se veía venir desde hace tiempo y la justicia no ha hecho nada para impedirlo.
Las cifras crecen y con ello, también los agresores, todo causado por las desigualdades, por la discriminación, por el sentimiento de poder sobre las mujeres, en definitiva, por lo que denominamos machismo. En la mayoría de los casos la mujer que es víctima permanece en silencio, algo que no podemos permitir. El 80% de las mujeres no denuncia su situación ni busca ayuda, todo por miedo a equivocarse o por miedo a lo que le pueda pasar.
Difícil cambiar todos estos valores que se dan en un gran número de hombres, pero no imposible. Debemos concienciar a la sociedad y a las nuevas generaciones de que nadie es más que nadie, de que la violencia no es útil para nada y de que todos estos casos deben ser denunciados, tanto si los ves como si los sufres, porque desgraciadamente cualquiera puede ser una víctima.
Recuerda que así no vas a ser feliz, recuerda que no estás sola.

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